Dos amigos y la novia de uno de estos están dispuestos a disfrutar de un increíble día de nieve. Para ello, deberán camelarse al encargado del telesilla ya que no quieren pagar el pastizal que cuesta. Todo va bien hasta que a última hora de la tarde, ya entrada la noche, un cúmulo de casualidades deja a estos tres jóvenes colgados de un telesilla. El frío pronto hace su aparición, y lo peor de todo: es domingo y la estación no abre hasta el próximo viernes.

Película de máxima tensión dirigida por Adam Green que hará que las manos agarren lo que tengas más cerca y aprietes hasta que se te pongan moradas. Adam consigue en este thriller de hora y media que los agobios sean el plato fuerte. Quizás algunas escenas hacen que no sea una película apta para todos los estómagos; pero si logras aguantar hasta el final disfrutarás a lo grande de una película que a pesar de contar con poco presupuesto engancha y te hace sufrir.

El esquema de la película es simple y está basado en Tiburón (película que se nombra en una conversación entre los personajes) Podríamos decir que si Tiburón causó miedo a los bañistas, bajo cero será la pesadilla de los aficionados al deporte blanco. Más de uno se lo pensará dos veces antes de subir a un telesilla.

En resumen, una película con un presupuesto de serie B que consigue sacarle partido a cada euro del que se disponía. Una película tensa, con buena trama y actuaciones decentes. A mí personalmente me encantó.

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