Érase una vez un niño con una dura infancia, que trás hacerse payaso por tradición familiar perdió la cabeza por un estrambótico amor. A partir de ahi, todo queda justificado para que nuestro querido expresidente de la academia se luzca en lo visual con una serie de catastróficas desdichas llenas de violencia, más violencia y más violencia.

Resulta que Alex de la Iglesia, apoya su historia en un montaje sobre la historia de España digno de hollywood. Es poco más que espectacular, lo bien hecho que está todo. Desde la batalla en Madrid de la guerra civil, hasta el atentado de Carrero Blanco, que puede verse en primera fila. Pero tengo que decir, que por patriótico que sea el montaje, y lo espectacular de acabar en el valle de los caídos. la historia cojea por muchos sitios y es lo que en realidad me da lástima.

Si se hubiese buscado en esta historia algo más de argumento, o quizás más unidad en lo que a motivos se refiere. Pero en esta película, sólo se buscan disparos, explosiones y una bella chica que no sabe lo que quiere y que tiene cambios de amor, como de camisa.

Los dos payasos protagonistas, pelean por su amor, pero no queda muy claro, si ella se conforma, si tiene miedo o si está enamorada de alguno de ellos. El caso es que entre ellos dos, aparece una rivalidad mortar, que se salda, con caras desfiguradas, sandre y explosiones.

No es ni para mucho una película para todos los públicos, no creo que deba recomendarse muy fuerte, aunque creo que como experimento visual, funciona perfectamente y que puede aportar a nuestro cine algo de espectacularidad (de la que andamos algo escasos) y de originalidad. Estoy que no sé si tirar por el me ha gustado, o me ha espantado.

Aprovecho para dar mis ánimos a Alex de Iglesia, es de lo mejorcito en cine que tenemos en nuestro país y le apoyo profundamente en lo que a la SINDE se refiere.

Puntuación;

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