F1. La Película

23 julio 2025 - Por

Hay películas que pueden engañar con el tráiler. Son muchos los ejemplos donde, en un destello de tres minutos, alguna película consigue emocionarnos, para luego dejar una historia a medias. Cuando tuve la oportunidad de ver el avance de F1 me vino a la cabeza ese pensamiento, pero a medida que iba conociendo los detalles de rodaje, los protagonistas y la maravillosa banda sonora compuesta por Hans Zimmer, no tuve ninguna duda de que, si tenía la oportunidad, tenía que acercarme al cine a disfrutar de esta película.

Dirigida por Joseph Kosinski, el equipo de la película se parece mucho al que nos hizo disfrutar tanto en Top Gun (producción de Jerry Bruckheimer, fotografía de Claudio Miranda, Hans Zimmer en la banda sonora, por poner algunos ejemplos). El ritmo que impone el guion de Ehren Kruger, que también participó en Top Gun, es vertiginoso. Las más de dos horas y media que dura película pasan en un suspiro, haciendo honor a la frase que nos ha acompañado más de dos décadas en la F1 en España: ‘si parpadeas te lo pierdes’. Grande Antonio Lobato, que pena no haberte tenido ahí doblando.

La película presenta a Sonny Hayes (Brad Pitt), un piloto veterano con un pasado algo oscuro que va mendigando plazas para correr en premios serie B. Un día aparece Rubén Cervantes, interpretado magistralmente por Javier Bardem, excompañero de escudería de Hayes en la F1 y presidente de APXGP, un equipo de la parrilla actual del Gran Circo. La propuesta es simple, levantar el ánimo de la escudería, intentar conseguir algunos puntos y formar a la gran promesa del equipo, Joshua Pierce (Damson Idris).

El guion, explicado así, parece bastante plano. De hecho, la película ha recibido bastantes críticas por ello. Recuerda en parte a Days of Thunder, donde un veterano va a encargarse de ser mentor de un gran talento. La química que se crea entre ambos personajes es clave para mantenerse atento en todo lo que ocurre en la escudería de APXGP. Desde el contraste generacional, donde lo que importa es el deporte, y no los followers de Instagram y que da pie a considerar que es lo importante del Gran Circo.

Me ha encantado la frescura de Damson Idris a medida que el personaje de Pierce iba evolucionando. En este sentido, el personaje de Brad Pitt es algo más plano, ya que por desgracia no evoluciona demasiado. Salvo algunos momentos donde chocan las dos figuras, vamos al Brad Pitt de siempre, sonrisa burlona y con muchísimo carácter. La forma en la que se gana al equipo y consigue levantar a un grupo sin alma hacia un grupo con mecánicas casi excelente es tan realista como gratificante de ver.

Gracias a que la producción contó con el apoyo total de la Fórmula 1, todos los pilotos de la temporada 2023 aparecen de alguna manera. Las escenas de carreras se rodaron después de los Grandes Premios. Para un fan como yo, estos momentos en los que participaban los pilotos hacía que todo se sintiera mucho más real. «¡Mira! ¡Ahí está Max Verstappen! ¡Oye, ese es Fernando Alonso!». Y también están los circuitos. Silverstone, Spa y Monza son tres circuitos legendarios, y los vemos todos extensamente en la película. Es simplemente divertidísimo.

Soy fan de este deporte desde muy pequeño, y he seguido la evolución que ha vivido la F1. Me ha gustado la manera en la que han enfocado el uso de la tecnología. El personaje interpretado por Kerry Condon, Kate McKenna, representa a una directora técnica de equipo que tiene el objetivo de hacer el mejor coche posible. No sé hasta que punto la fiabilidad de las máquinas y simuladores, más propios de la NASA, que se usan para mejorar los coches son reales, pero sirven para hacer una inmersión muy potente.

Dejando de lado el hecho de que la película nunca muestra la clasificación ni las tres sesiones de entrenamientos que tiene cada carrera, las tácticas en carrera del equipo liderado por Sonny Hayes y su compañero Joshua Pearce no se parecen en nada a las que se verían en un Gran Premio real. Aunque es uno de los momentos en los que más brilla el personaje de Pitt que, con su sorna habitual, intenta aplicar tácticas de perro viejo que en la F1 actual estarían severamente penalizadas, llevando incluso a la descalificación de la escudería en futuras parrillas.

Las escenas en las carreras tampoco son totalmente fiables. Por ejemplo, la lluvia en el Gran Premio de Monza es completamente irreal. Durante la carrera, la película representa un evento muy habitual, una lluvia que cae con fuerza. Esto no es extraño; a diferencia de las carreras estadounidenses, las de F1 no se detienen por lluvia (la mayoría de las veces). Lo extraño es la discusión que tienen los pilotos Sonny y Joshua sobre qué neumáticos usar. La estrategia de neumáticos aplicada por APXGP es un suicidio, imposible de ver en una carrera real.

Pero bueno. ¿Y a quién le importa todo esto? Que la película iba a tener sus licencias, ya lo sabíamos. El objetivo de F1 no era ser un documental, para ello recomiendo el que está en Netflix. Lo que propone la película es una historia muy interesante y un ritmo frenético. Es una maravilla de película que tiene de todo: drama, acción, humor, romance. Todo muy bien mesurado. Las escenas de carreras son impactantes y la banda sonora (aunque recuerda por momentos a The Martian) te sumerge de lleno en la película. Es necesario verla en una pantalla lo más grande posible y con sonido envolvente. Una experiencia audiovisual totalmente necesaria.

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About Javier GF

Editor en la Septimacaja. Ingeniero de profesión, deportista como afición. El espacio es una de mis mayores pasiones, entender como funciona el mundo es indispensable para poder cambiarlo. Devorador de series y agitador de aquellos que nos quieran colar pelis de SerieB como grandes estrenos.

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