
Hace casi una semana desde que tuve la oportunidad de ver la última entrega de la saga liderada por Tom Cruise. Tiempo suficiente para poder ordenar las ideas y adquirir cierta perspectiva de lo que ha sido Misión Imposible como franquicia. Su primera entrega, de hace casi 30 años, nos presentó a Ethan Hunt, personaje que no sospechaba que iba a acompañarme durante toda mi adolescencia y parte de mi madurez (si es que eso ha llegado).

Esta última entrega (ya diríamos que casi definitiva) tiene muchísimos puntos fuertes, pero el que más me gusta es ese aire de nostalgia que adquiere al recordar el proceso de como el personaje interpretado por Tom Cruise ha llegado hasta este punto. Volver a ver a Jon Voight o Dougray Scott en sus papeles de villanos de las primeras dos entregas o recordar los más recientes con Henry Cavill o Sean Harris. También otros personajes, como Michelle Monaghan o Jeremy Renner.
La premisa de esta película es bastante simple. Su predecesora, Sentencia Mortal Parte 1, haría evidente que nos enfrentásemos a esta segunda parte con el título de Parte 2. Con bastante acierto y con cierta declaración de intenciones, se decidió abandonar ese título tan evidente para llamar a esta película Sentencia Final. Creo que este título encierra el propósito de terminar bien la saga, tal y como lo han hecho, aunque es evidente de que si se lo proponen, podrían traerla de vuelta cuando quisieran.

¿Dónde nos dejó la primera parte? Es importante recordarla si vas al cine, ya que desde el primer minuto vas a entrar en un torrente de acción que no va a parar en las casi tres horas que dura la película. Y es importante, ya que el primer acto esta lleno de personajes, situaciones o momentos, en los que si no has repasado la película anterior hace poco, es fácil perderse. Si has hecho como yo, repasar la saga entera, vas a disfrutar, ya que esta película se desvive por recordar a esos personajes que nos han acompañado durante casi 30 años.
El final de Sentencia Mortal nos deja a Gabriel sin la llave necesaria para abrir el módulo de la Entidad en el Sebastopol. Ethan Hunt consigue arrebatarle la llave en la pelea final en el tren, donde se salvan por los pelos él y a Grace, un personaje que trae aire fresco a una franquicia a la que le cuesta introducir protagonistas que estén a la altura del elenco original. A partir de aquí, comenzará una lucha entre los diferentes poderes por entender si lo que hace falta es poseer o destruir a la Entidad, y poner los medios necesarios para ello.

Una cosa que me ha fallado de esta película es el villano. Cuando anteriormente me refería que el principio de la película es complicado es por el nuevo papel que juega Gabriel. Ha pasado de ser una simple herramienta de la IA a la clásica necesidad de control total. Eso le hace previsible y lo relega a un segundo plano. En Sentencia Mortal se mostraba con un villano temible y que tenía todas las cartas a su favor. Solamente un Ethan Hunt en sus plenas facultades podía introducir un elemento de desequilibrio entre Gabriel y la Entidad. En esta película me ha faltado algo en el personaje que interpreta Esai Morales, aunque todavía no he descubierto que es.
Sería imposible entender al personaje de Ethan Hunt sin los personajes de Benji y Luther. Ving Rhames y Simon Pegg han acompañado a Tom Cruise desde el principio de la saga y hemos podido ver cómo se ha ido forjando una amistad muy potente con esta pareja de simpáticos personajes. Me ha gustado la forma de cerrar el arco del personaje de Luthen y ver como Benji evoluciona de un simple Q para 007 a todo experimentado agente de campo es muy interesante. Todavía me duele el recuerdo de la muerte del personaje de Rebecca Ferguson, Ilsa Faust, pero tengo que decir que la química que hay entre Grace (Hayley Atwell) y Ethan es sublime.

Además, me ha parecido muy interesante los fichajes que ha hecho para su equipo especial. En primer lugar, el subcomandante de la FMU Bledsoe, interpretado con suavidad y un toque de humor por Tramell Tillman (de la serie Severance), al que parecen estar preparando para una posible M:I9. El otro personaje que tenía todo el sentido del mundo recuperar era Paris (Pom Klementieff), cargada de rencor hacia Gabriel y la entidad, forma una pareja con Benji que aporta frescor y humor que sirve para descargar tensión en un filme lleno de tensión y acción.
Otro de los mensajes llamativos que me deja la película está centrado en una de sus protagonsiras, la Entidad. Al final, este poderoso cerebro, no muy alejado de Skynet, ha corrompido a parte de la humanidad, obligando a tomar partido en una sociedad totalmente polarizada. Nos suena a todos, ¿verdad? Este potente mensaje, tan de actualidad, es una de esas perlas que deja Tom Cruise para reflexionar, ya que la película es lo que es, acción a raudales, pero se sirve de este villano para lanzar una crítica para la rápida adopción de la IA y el peligro que supone abandonarlo todo a su control.

Sentencia Final también va a servir para cerrar alguno de los puntos abiertos abiertos más icónicos de la saga. Para mi gusto, el gran villano que ha tenido que enfrentarse Tom Cruise a lo largo de estas ocho películas es Owen Davian, interpretado por un excelso Philip Seymour Hoffman. Pero no por la crueldad que exhibía, si no por el objetivo que perseguía. Hemos necesitado de 20 años para saber que era la pata de conejo. El anti-Dios (descrito así por Benji) no era otra cosa que la Entidad en su estado más primigenio, y me parece un acierto total que hayan cerrado este hilo de la forma que lo han hecho.
Más allá del palomiteo, de sus incónicas carreras por los puentes de Londres, su buceo entre submarinos y una escena aérea espectacular que cierra una película donde todos los acontecimientos van al filo de la navaja. Honestamente, es la misión más imposible de toda la saga. La fotografía de estas escenas es sublime, sobretodo la de los submarinos y del combate aéreo. Son esas escenas en las que Tom Cruise se juega el tipo y sabes que es él, no un doble, el que se arriesga para lograr el realismo de esa toma. Como dijo en una ocasión, Gene Kelly bailaba él mismo en sus películas, pues él haría lo mismo en sus escenas de acción.

Misión Imposible: Sentencia Final es todo lo que queríamos los fan de la saga. Como película tiene algunos defectos, pero el error sería ir a verla como un elemento independiente de una saga con más de 30 años de vida. La historia de Ethan Hunt merecía un final a la altura del personaje y lo ha tenido creces. Escenas espectaculares, fotografía impecable, nuevos retos y una banda sonora sublime sirven para cerrar al icónico personaje de Tom Cruise de la mejor manera posible..
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