
Por fin, Demon Slayer: La Fortaleza Infinita – Parte 1 hace su esperado debut. La película ha estado causando sensación y batiendo récords desde su estreno en Japón y Asia. Incluso después de dos meses, el entusiasmo no ha disminuido en lo más mínimo y sigue creciendo. Con más de 500 millones recaudados en todo el mundo, la película llegó la semana pasada a España, donde ha conseguido ser la más vista de la semana.

El final de la temporada del Arco de Entrenamiento de los Pilares fue, probablemente, el mejor episodio de la serie. Muzan hace su entrada triunfal y Ubuyashiki, junto a los Pilares, intenta detenerlo. Esa acción lleva a Tanjiro, Inosuke, Zenitsu, los Pilares y el resto del Cuerpo de Exterminio de Demonios a ser lanzados la Fortaleza Infinita , la fortaleza de los demonios. El objetivo es muy sencillo: matar a Muzan de una vez por todas. Para ello, deberán enfrentarse a los Kizuki, las Lunas Superiores de Alto Rango, los soldados más poderosos de Kibutsuji Muzan. Esta es la premisa de la primera de las tres películas planeadas para cerrar la serie. El resultado que deja Ufotable es una auténtica barbaridad. Es una película que he disfrutado muchísimo.
El primer detalle que me gustaría resaltar es el trabajo que ha hecho Ufotable. Desde hace años, este estudio se ha ganado la reputación de producir algunos de los animes más visualmente impactantes y hermosos que se pueden ver, y Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba ha sido uno de los mejores ejemplos de lo que son capaces de lograr. El episodio final del arco anterior ya dejaba entrever el potencial de Ufotable, pero en esta película no han escatimado en nada, y el resultado es sobresaliente. Nunca he visto a nadie animar los elementos naturales como lo hace este estudio: tan reales que asustan, y tan vivos como tú o yo. Han creado escuela.

Pero Kimetsu no Yaiba no vive únicamente de lo bien animada que está. El anime, basado en el manga de Koyoharu Gotouge, lleva años sembrando en nosotros emociones profundas. El drama de la familia Kamado, la historia de Tanjiro y la redención de Nezuko… Kimetsu no Yaiba va mucho más allá, tomando las herramientas que hacen brillar a todo shōnen: la amistad, la superación, el valor de la familia y la capacidad de perdonar. Todo ello ha hecho que la amalgama de personajes que componen esta historia brille como pocas lo han hecho.
¿Estamos viendo el final? Probablemente sí, ya que Koyoharu Gotouge fue lo suficientemente inteligente como para no alargar innecesariamente la serie, logrando una mezcla perfecta de épica y protagonismo para cada personaje. La historia de esta película se centra en las primeras escaramuzas serias una vez que el Cuerpo de Exterminio queda oficialmente atrapado en la Fortaleza Infinita de Kibutsuji Muzan.

La película comienza con Shinobu intentando matar a Doma y vengar a su hermana. Zenitsu, de entre todos los personajes, también destaca: su pelea con Kaigaku demuestra a la perfección cuánto ha madurado. Zenitsu siempre ha sido un personaje controvertido, con momentos de invalidez e inmadurez, pero afortunadamente, en la Fortaleza Infinita demuestra que finalmente se ha convertido en alguien a quien vale la pena apoyar.
Sin embargo, lo más destacado de esta película fue la pelea entre Giyu y Tanjiro contra Akaza. Tanjiro sigue evolucionando y podemos seguir explorando su pasado, y aunque es un personaje muy querido, en esta película quien nos roba el corazón es Akaza. Ya lo conocíamos desde el Tren Infinito, pero tras profundizar en su historia de fondo, todo cambia, convirtiéndolo en uno de los personajes más trágicos de la serie. Una escritura realmente increíble y una conclusión perfecta para una obra maestra muy emotiva.

La banda sonora también aporta mucho a la dirección general. La música de Yuki Kajiura y Go Shiina siempre convence, ya sea por sus magníficos instrumentales o por sus pistas vocales de una belleza incomprensible. Retomando temas anteriores, la música se eleva al nivel de la película, alcanzando nuevos límites y haciéndonos disfrutar como nunca. Ambos compositores han sido pilares de Demon Slayer y Ufotable durante años, y Infinity Castle podría ser su mejor trabajo hasta la fecha.
Todo hace pensar que las secuelas que están por venir superarán incluso a esta primera parte, aunque parezca difícil, viendo el nivel con el que ha comenzado el Arco de La Fortaleza Infinita. Aunque su duración —algo más de dos horas y media— pueda echar para atrás, esta película es una auténtica montaña rusa de emociones de principio a fin. Condensa perfectamente un arco que en el anime habría durado entre 13 y 15 episodios. Una maravilla poder verla en cines, ya que potencia al máximo la animación, el sonido y la épica.

Esto último puede condicionar algo la experiencia. Para quienes somos consumidores habituales de anime, esta película, al igual que ocurrió con el Tren Infinito, se vive como si fuera un maratón de una temporada completa. Esto puede perjudicar a aquellos que quieran verla como una película independiente (aunque creo que serán pocos). Sobre todo, el problema puede estar en la estructura que ha seguido Koyoharu Gotouge en los distintos enfrentamientos de la serie: los flashbacks.
Estos flashbacks son uno de los grandes atractivos de la serie, ya que permiten enriquecer a los personajes durante los combates entre humanos y demonios. En esta película, como hemos mencionado antes, se exploran las vidas pasadas de las Lunas Superiores. Esto es una ventaja —porque permite vivir dramas como el de Akaza— y un defecto a la vez, ya que interrumpe el hilo narrativo, convirtiendo la película más en una sucesión ininterrumpida de episodios que en una obra cinematográfica con estructura tradicional.

A estas alturas, si te has animado a ver la primera parte del Arco de La Fortaleza Infinita , ya estarás acostumbrado a esta estructura narrativa. Por ello, es mejor centrarse en la catarsis que ofrecen los personajes en sus momentos clave, más que en la fragmentación argumental. Y más aún sabiendo que estamos ante la primera parte de una trilogía que apunta a hacer historia y marcar un antes y un después en el mundo del anime.
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