Cónclave

4 agosto 2025 - Por

Tuve la oportunidad de ver recientemente la película Cónclave, un film que generó una gran repercusión el año pasado. No la vi en su momento, pero dado el impacto que ha mantenido durante este 2025, me tomé el tiempo para verla. Ganadora del premio BAFTA y con múltiples nominaciones a los Oscar (incluida la estatuilla al Mejor Guion Adaptado), se ha convertido en una obra muy aclamada por la crítica, aunque no exenta de controversia.

Es una de esas películas que apelan tanto a la razón como a la emoción. La temática de la Iglesia siempre es delicada, ya que puede prestarse a licencias creativas arriesgadas. Este es uno de los puntos más cuestionables que le encuentro al film. En líneas generales, la película me ha gustado mucho: la representación del cónclave, las dinámicas internas y la lucha de poder dentro de la Iglesia están bien logradas. Sin embargo, todo se desmorona hacia el tramo final.

Hay ciertas licencias narrativas que me resultaron difíciles de aceptar. Aunque entiendo que puedan parecer necesarias para cerrar el drama, presentar a un cardenal papable como un posible asesino o revelar que el papa finalmente elegido es una persona intersexual resulta, en mi opinión, poco creíble. También me desconcertó la forma en que se descarta al cardenal Adeyemi. Son giros argumentales tan forzados que no terminan de encajar en el ecosistema real del colegio cardenalicio.

El gran atractivo de Cónclave está, sin duda, en su reparto. Ralph Fiennes interpreta al cardenal Lawrence, designado para supervisar el cónclave y coordinar la elección del nuevo pontífice. Fiennes ofrece una de las mejores actuaciones que le recuerdo. Lo acompañan Stanley Tucci como el cardenal Bellini, un personaje de corte liberal, en contraste con el más conservador cardenal Tedesco, interpretado por Sergio Castellitto. También destacan John Lithgow como el cardenal Tremblay y Lucian Msamati como el cardenal Adeyemi, aportando diversidad y una visión amplia y global de la Iglesia. El elenco contribuye a construir una tensión política creíble en el seno de la institución.

El guion de Peter Straughan presenta, a mi juicio, una cierta hipocresía. El propio guionista ha afirmado que su intención era humanizar a los personajes, no atacar la fe, y se ha mostrado abierto al debate como parte del valor artístico y espiritual de la obra. No obstante, la película parece tomar partido al presentar a los personajes liberales como “los buenos”, mientras que los cardenales conservadores, como Tedesco o Adeyemi, son retratados como figuras a evitar. Esta polarización ideológica me resulta poco coherente con el espíritu de un cónclave real, que debería ser más introspectivo que partidista.

Cónclave es un drama cinematográfico potente que entrelaza suspense político con reflexiones sobre fe, poder e identidad. Su ambición narrativa le ha valido merecidos elogios y premios, pero también ha suscitado debate por su enfoque provocador y por una representación controvertida del papado. Presenta una Roma en toda su magnificencia y el panorama del cardenal moderno es muy realista. Es, sin duda, una película muy interesante, aunque tropieza hacia el final, dejando un regusto amargo una vez acaba la película.

Dirección
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About Javier GF

Editor en la Septimacaja. Ingeniero de profesión, deportista como afición. El espacio es una de mis mayores pasiones, entender como funciona el mundo es indispensable para poder cambiarlo. Devorador de series y agitador de aquellos que nos quieran colar pelis de SerieB como grandes estrenos.

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