Se va a cumplir casi una década desde que ‘El Contable’ apareciera en escena. Realmente hoy me doy cuenta de que no haber mencionado antes esta película y dedicarle un post particular fue un error. La película trata sobre Christian Wolff (Ben Affleck), un contable con autismo altamente funcional que trabaja para organizaciones criminales mientras es perseguido por el Departamento del Tesoro. Su habilidad con las matemáticas y las armas lo convierten en un personaje complejo en una película que mezcla géneros como el thriller, la acción y el drama psicológico.
La primera parte de ‘El Contable’ sirve para explorar en profundidad el personaje interpretado por Ben Affleck. El drama ha perseguido al bueno de Christian desde que era pequeño. Su madre tenía la intención de internarle en un centro especializado, Harbor Neuroscience. Pero su padre, militar, no está de acuerdo y después de que su madre los abandonara, lleva a cabo un intenso entrenamiento tanto de Christian como Braxton, su hermano pequeño.
Ese entrenamiento lleva hasta el punto inicial de la película, donde un agente del tesoro, interpretado por J.K.Simmons está investigando una trama corrupta y criminal. La organización que investiga desaparece ante sus narices, cuando una persona misteriosa aparece en el bar de la organización y ejecuta a toda la banda delante de las narices del departamento. Ray King, el personaje que interpreta J.K.Simmons, comienza a investigar a este misterioso personaje y llega a descubrir que su asesino misterioso es el Contable.
Ahí es cuando aparece la agente Medina. King está a punto de jubilarse y necesita ayuda para capturar al contable. Wolf, mientras tanto, será contratado por una empresa de robótica para mirar los libros y hacer lo que mejor se le da, contabilidad. Ahí aparece Dana Cummings (Anna Kendrick), junior de la empresa que le echará una mano para conocer los entresijos de Living Robotics. Este simpático dúo acabará sin querer envuelto en una trama de asesinatos que, gracias a las habilidades de Wolf, hará que el tramo final de la primera película sea salvaje y brutal.
‘El Contable’ lo tenía todo para ser una película de una sola entrega. El final es redondo. Ya no solamente por el encuentro de los hermanos, la tensión en el momento que se produce y la verdadera identidad de la persona que está ayudando al Departamento del Tesoro. La actuación de Ben Affleck es magistral, ya que nos ofrece algo que está fuera de lo habitual y supuso un soplo de aire fresco a un género que se ahoga en la sobreoferta.
Probablemente, después de la primera entrega no hubiera hecho falta esta segunda parte, pero mentiría si dijera que no la he disfrutado. La saga puso todas las cartas encima de la mesa con el acto final primera parte, con lo que ahora ya ese misterio que rodea al personaje de ‘El Contable’ ha quedado al descubierto. La historia de Christopher Wolf abandona ese hálito de drama y misterio que envolvía la primera parte para dejar una segunda parte donde lo importante será dar más profundidad al personaje de Ben Affleck y tener la oportunidad de explorar otras cosas: su relación con su hermano, sus esfuerzos por encajar en la sociedad (me encanta la escena del encuentro de parejas), entre otras cosas.
La historia gira y se vuelve menos compleja, aunque no se asusta en tocar temas delicados. Esta segunda entrega recuerda por momentos al Sound of Freedom de Jim Caviezel. Salimos de una perspectiva de contabilidad y números complejos para adentrarnos en una trama compleja, la de la trata de personas. Eso lleva a una mejora en la narrativa, con un ritmo más ágil y una historia más coherente, superando a la original en el desarrollo de sus personajes y escenas de acción.
En general, creo que tanto la primera con J.K.Simmons y la segunda con Cynthia Addai-Robinson no consiguen desarrollar del todo los personajes que están en el Departamento del Tesorom y es una pena, porque el primero sí que tenía potencial para brillar algo más. En resumen, si te gustó la primera parte, esta segunda entrega es de visionado obligatorio. El dúo que forman Christian Wolff (Ben Affleck) y su hermano Braxton (Jon Bernthal) es uno de los puntos fuertes de la película. Su interacción aporta momentos de humor y emoción que enriquecen la trama.
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