¿Qué pasaría si pudiesemos encogernos hasta ser del tamaño de un lápiz? pues entre otras cosas necesitaríamos muchas menos comida, agua… por no hablar de que generaríamos muchos menos desperdicios. Toda una maravilla para nuestro planeta que sufriría mucho menos las consecuencias de nuestra existencia. Eso han descubierto Paul y Audrey Safranek, que se pasan al mundo pequeño para hacer realidad sus sueños, una casa grande y una vida mejor.
La idea original atrae desde el principio. Pero una idea así sólo hace que te plantees una pregunta, ¿y después qué? Vale, nos encogemos y empezamos una vida a lo grande pero eso parece mejor una historia para un corto que para un largo, porque una vez eres pequeño y nos has enseñado los beneficios de eso ¿qué? Pues el qué es un despropósito notable que hace que al terminar la película te sientas completamente engañado. Para esta película como para tantas otras, no había historía, sólo una idea…
No me gustó nada, sólo me sirve como prólogo de City of Ember y ni para eso se justifica verla. Que no nos engañen. Como espectadores, merecemos más.
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