Aviso que en esta review vengo muy caliente. Muy caliente porque el despropósito de ‘The Promised Neverland’ de esta segunda temporada es gigantesco. Es cierto que el anime ha sufrido los efectos de la pandemia y retrasó unos meses el lanzamiento, desde principios de enero hasta el 26 de marzo, que es cuando finalmente salió en Japón. Pero es que es un anime que lo tenía todo para triunfar. No estamos hablando por ejemplo de un caso parecido a Full Metal Alchemist (el original, no el Brotherhood) en el que la velocidad del anime es mayor que el de la publicación del manga y eso lleva a plantear giros en la historia adaptada. No es este caso.

La obra de Kaiu Shirai finalizó el 15 de junio de 2020 con la publicación del último volumen 20. En este volumen está la historia del arco final de las aventuras del trío Emma, Ray y Norman a lo largo de unos interesantísimos 181 capítulos. Si ya después de ver la temporada original the ‘The Promised Neverland’ se abría un mundo infinito de posibilidades, después de leer la obra de Kaiu Shira hasta el final doy fe que merece la pena cada una de las viñetas. Y por ello afrontaba (como todo el fandom) con muchísimas ganas el lanzamiento de esta segunda temporada.

Recordar de donde venimos es interesante. El final de la primera temporada nos deja a Emma y Ray, con los niños más mayores de Grace Field House, escapando de las manos de Isabella huyendo por el bosque hacia lo desconocido. Pues bien, esto corresponde con el capítulo 37 del manga. Fueron 12 capítulos de anime increíbles y que me hicieron disfrutar de lo lindo. Los dos últimos los he repetido varias veces por lo buenos que son, y abría un mundo entero de posibilidades. Pues bien, el despropósito es que del capítulo 38 al 181 del manga se han planteado resumirlos en ¡¡¡11 capítulos!!! Con el potencial que tienes ya entre manos, con la historia de Shirai acabada, te pegas un tiro en pie. Sinceramente, me cuesta mucho de entender. A mí y a toda la legión de seguidores, solamente hace falta ver la calificación de esta segunda temporada en las plataformas oficiales.

Molesta mucho ver el poco esfuerzo y el poco cariño que han mostrado a la hora de adaptar esta historia. Lo han hecho deprisa y corriendo, sin tomar reparo en los detalles y los recovecos que explora la historia de Shirai. Todo se ha querido aprovechar, pero un forma un poco cutre. Una animación de baja calidad, una banda sonora que peca mucho de repetitiva (que lástima porque Takahiro Obata nos deja un banda sonora de la primera temporada muy especial y unos personajes con muy poco carisma). Algunos sufren transformación (como Isabella) y otros están presentados de nuevas, como Peter Ratri, pero el viaje para ver su evolución y como cambian de forma de pensar es mínimo.

Y eso es lo que me extraña de esta serie y de donde viene. No por el hype que generó en su día, sino porque había alcanzado una cota de audiencia y valoración vista solamente en los grandes (Shingeki no Kyojin, Boku No Hero Academia o Kimetsu no Yaiba, por poner algunos ejemplos). Vuelvo a poner en relieve la baja calidad de la animación de esta temporada (basta como ejemplo el CGI del demonio salvaje) y en el guion desarrollado (ya no solamente en los personajes sino más bien a nivel de la historia en general) por la gente de CloverWorks (Mamoru Kanbe como director y Toshiya Ono como guionista) en el que en vez de adaptar la obra de Shirai han querido hacer un resumen rápido dejándonos easter-eggs a porrillo para los fans, pero una historia llena de agujeros.

Y eso que empezábamos la temporada con esperanzas. Los primeros capítulos todo (o casi todo) transcurre como estaba establecido en la obra de Shirai, nos encontramos al personaje de Mujika y Sonju, que aparecen de la nada y comienzan a ayudar a los niños fugados, enseñandonos que no todos los demonios son malvados y ofreciendo una visión más compleja del mundo creado por Kaiu Shirai. Comienzas a sospechar algo cuando al llegar al bunker no aparece Yūgo. Se lo perdonas, creyendo que aparecerá más adelante. Pero tu cerebro vuela por los aires a la vez que lo hace el bunker, destapando el plan de Isabella y Peter Ratri.

Desde ese momento, casi todas las decisiones que plantea esta segunda temporada están mal planteadas y muy poco explotadas. Ejemplos tenemos muchos: la vuelta de Norman, el plan para acabar con todos los demonios (¿solamente en un pueblo?), la traición de Isabella y la ida al mundo humano sin ningún tipo de sacrificio. Rayando la herejía. ¿Dónde está el arco de Goldy Pond? ¿La historia de redención de Yūgo y Lucas? ¿El personaje de Lewis? Por dios, Lewis debe de estar siempre. Hay que explicar muy bien la historia de Norman y Minerva, es increíble y el anime la presenta muy rápido y muy mal. Y el asalto final a la corte de los demonios y la vuelta al mundo humano, explicando el Pacto. Me da muchísima rabia que nos hayan quitado esto.

Es triste que finalmente ‘The Promised Neverland’ caiga en la lista de animes que serán recordados por una mala adaptación. No es casualidad que en Twitter ayer, durante la emisión final del capítulo ‘#TokyoGhoul’ fuera TT a la vez que ‘#ThePromisedNeverlandSeason2Finale’. El nivel de decepción es muy comparable. Aún así, vivo porque algún otro estudio abra los ojos y podamos volver a revivir la historia de los que ocurrió con Full Metal Alchemist. Desde la SeptimaCaja lanzamos el grito: bring us #ThePromisedNeverlandBrotherhood. La disfrutaré sin dudas.

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About Javier GF

Editor en la Septimacaja. Ingeniero de profesión, deportista como afición. El espacio es una de mis mayores pasiones, entender como funciona el mundo es indispensable para poder cambiarlo. Devorador de series y agitador de aquellos que nos quieran colar pelis de SerieB como grandes estrenos.

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Anime

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