Bueno, pues nada, llega el domingo por la tarde, a uno le apetece ir al cine y ¿qué hace? Pues ver la película equivocada… que noooooo. Lo que pasa es que por compatibilidad de horarios lo que mejor encajó fue esto, El gato con botas.

Sinceramente, esperaba más una versión distraída de shrek, en la que el mundo de magia y cuentos estaría ahí desplegado, pero sin el ogro. En vez de eso, me encuentro una versión gatuna del Zorro con habichuelas mágicas.

Tengo que decir que el guión/historia no me han convencido lo más mínimo. Esta manía de Hollywood de creer que un personaje (de personalidad múltiple) sostiene una película por sí solo me parece un error enorme. El Gato es infinitamente mejor como secundario en una historia que como principal. El papel de protagonista le viene grande.

La ambientación mexicana es graciosa, me ha parecido simpático el tono hispano al más puro estilo Zorro, pero creo que se sale mucho del mundo en el que teníamos encajado al minino.

Tarda mucho en coger emoción y la verdad es que cuando la coge la historia se vuelve un cuento infantil. Si tengo que calificarla de alguna manera diré que es una película para niños más que para adultos.

Ahora sí, me toca hablar a favor del tan criticado 3D. En esta película le sacan un partido espectacular, está bastante bien aprovechado. Buscando con cada plano recordarte que llevas esas gafas puestas y sacándote la frase “que way” cada 20 min.

En resumen, a menos que seas un fanático del 3D o tengas niños a los que entretener una tarde, esta película es completamente prescindible para ti.

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