No es un misterio, que en el dia de hoy, todos bombardeemos con nuestras críticas a lo que para la gran mayoria era el estreno estrella de este otoño. Bond 22 o ahora conocida por Quantum of solace. Leí tres críticas antes de ir a verla, y tengo que decir que no estoy deacuerdo con ninguna de ellas.
No es ni mejor ni peor que Casino Royale, es lo mismo, quizás no cuenta con esa partida de Póker que nos dejó a todos impresionadísmos y pegados al asiento pero a excepción de aquello, es lo mismo. Así que a todos aquellos a los que os gustase Casino Royale, no veo porque esta iba a ser peor.
En este capítulo de Bond, nos encontramos con un Bond más elegante que en la anterior, más maduro y mucho más profesional. Se va notando que se desevuelve mejor en el mundo del espionaje, conociendo ya bien a los servicios secretos de otros países, aprovechando contactos de la anterior, pero siempre con esa chulería que sólo Bond tiene. Empieza a tostar un poco esa desconfianza del MI6 hacia su agente y la manía de cancelarle los billetes pasaportes etc… a pesar de que M y Bond mejoran mucho su relación ahora.
Por lo demás, brillante la organización enemiga contra la que se enfrenta el mundo. Siendo una red complejísima de altos cargos que se llenan los bolsillos a costa de manejar gobiernos, y trapichear con materias primas. En esta, la cabeza de turco es Dominic Green (Mathieu Almaric), quien pretende derrocar el gobierno Boliviano para instalar el suyo propio a cambio de un desierto, ¿porqué un desierto?…
Esta película, se acerca un poquito más a las anteriores, pero sin caer en la estupidez, Craig está de nuevo increíble, y tenemos Bond en estado puro, al nuevo estilo, al de la década del 2000 mucho más serio y menos tonto. Genial Foster en la dirección ha dejado el listón muy alto. En resumidas cuentas, a lso que os gustase Casino Royale, corriendo al cine.
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